miércoles, 27 de abril de 2011

Depresión post-pueblo.

Habíamos pasado tantas y tantas horas juntos que casi se me hacía imposible levantarme y ver mis sábanas habituales.
Cómo ansiaba mi chocolate de por la mañana, echaba de menos incluso a la luz que hacía que me despertase siempre antes de tiempo, pero lo que más echaba de menos sin duda era la textura de sus palabras, el color de su risa y el sabor de su piel...¡Cuantos momentos vividos sin querer que ahora habían quedado ahí, grabados para siempre!..para recordarlos algún día de esos grises y fríos que lo único que deseas es morirte.

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